Dive into the vibrant world of "Los Acapulco Kids," a captivating podcast that brings to life the stories of children navigating the complexities of life in Acapulco. Hosted by Arcángel Campos, this series offers an intimate portrait of youth resilience, featuring powerful narratives and eye-opening discussions. Each episode delves into the experiences of local children, shedding light on their struggles and triumphs, as well as the social issues that impact their lives. What sets "Los Acapulco Kids" apart is its access to notable guests, including social workers, educators, and activists, who share their insights on topics such as education, homelessness, and community support. Their stories emphasize the importance of empathy and understanding in fostering positive change. With its unique blend of storytelling and social commentary, "Los Acapulco Kids" invites listeners to reflect on the challenges faced by the next generation, making it a must-listen for anyone interested in the human experience.
Escucha la crónica de Alejandro Almazán publicada en 2008 en formato podcast. Una producción de Arcángel Campos.
Escucha la crónica de Alejandro Almazán publicada en 2008 en formato podcast. Una producción de Arcángel Campos.
Manuel es uno de esos niños que entran y salen del albergue dependiendo de las ganas que tengan de drogarse. Para comprar piedra y mariguana, con lo que le fascina dinamitarse el cerebro, sabe que debe cumplir con el círculo vicioso de escapar, prostituirse, comprar su cóctel letal y ropa nueva que le ayuda a alardear entre la banda de que él ha triunfado; luego vuelve al albergue. Cuando está afuera, gana unos seis mil pesos a la semana. A él se le hace una fortuna.
Manuel es uno de esos niños que entran y salen del albergue dependiendo de las ganas que tengan de drogarse. Para comprar piedra y mariguana, con lo que le fascina dinamitarse el cerebro, sabe que debe cumplir con el círculo vicioso de escapar, prostituirse, comprar su cóctel letal y ropa nueva que le ayuda a alardear entre la banda de que él ha triunfado; luego vuelve al albergue. Cuando está afuera, gana unos seis mil pesos a la semana. A él se le hace una fortuna.
A Norma, de dieciséis años, le han estado sudando las manos desde que sentó. Se la ha pasado secándolas sobre el short de basquetbolista que viste. Trae el cabello mal cortado, como si alguien le hubiese mordido la cabeza. Huele a jabón barato. Hace bombas con el chicle y tiene una sonrisa exacta.
A Norma, de dieciséis años, le han estado sudando las manos desde que sentó. Se la ha pasado secándolas sobre el short de basquetbolista que viste. Trae el cabello mal cortado, como si alguien le hubiese mordido la cabeza. Huele a jabón barato. Hace bombas con el chicle y tiene una sonrisa exacta.
Jarocho, con sus pies descalzos y su hedor agrio, llevó a Allison hasta el auto. La niña traía un perfume grosero, el cabello lacio, estaba bronceada, apenas le estaban saliendo los pechos, y usaba sandalias y una pulsera de Hello Kitty. Me estacioné por la Playa Tamarindos. Estaba por decirle que sólo platicaríamos, y nada más, cuando una camioneta me echó las luces, una Lobo blanca doble cabina con vidrios polarizados.
Jarocho, con sus pies descalzos y su hedor agrio, llevó a Allison hasta el auto. La niña traía un perfume grosero, el cabello lacio, estaba bronceada, apenas le estaban saliendo los pechos, y usaba sandalias y una pulsera de Hello Kitty. Me estacioné por la Playa Tamarindos. Estaba por decirle que sólo platicaríamos, y nada más, cuando una camioneta me echó las luces, una Lobo blanca doble cabina con vidrios polarizados.
